sábado, 12 de febrero de 2011

Sin palabras




Y ahi estaba, sin palabras por primera vez en mi vida, se podía escuchar el latido de mi corazón a 100 kilometros de distancia; tenia sentimientos encontrados, sentía ese calor tan peculiar que te delata por el color rojizo en el que se torna tu rostro pero con una combinación del frio que invade tu cuerpo al momento de un gran espanto. Mis nervios no me dejaban ni voltear a verla; sabía lo bien que se veia con ese vestido floreado y cabello alborotado, ondulado y dorado. Ese olor a coco con vainilla tan distintivo en ella invadía mi nariz, pero un segundo sin el, seria una eternidad para mi. El solo hecho de saber que si la volteaba a ver, sus ojos verdes se encontrarian con los mios, y se pintaria en su rostro esa sonrisa angelical que tanto yo amaba me ponia aun mas nervioso, sus dedos tan suaves, terzos y perfectos estaban entrelazados con los mios. Ya llevabamos saliendo bastante tiempo, no se como una mujer como ella me ha soportado tanto tiempo, ha soportado mis celos compulsivos, pero como no tenerlos si cuando se tiene a la mujer perfecta tienes mucho miedo de que alguien mas te la quite y mas si sabes que no estas nisiquiera cerca de ser el indicado para ella; incluso estuvo conmigo la primera y ultima vez que las copas de vino tinto se me fueron de las manos. Ha estado siempre que la necesito, nunca la he visto enojada realmente, se que cuando se le crea una pequeña arruga entremedio de las dos cejas, y las fosas nasales se abren muy delicadamente esta enojada, pero simplemente se quedaba callada un momento, mirandome, sin decir nada; despues de un minuto en ese estado su rostro se relajaba, sonreia, se acercaba a mi, me miraba fijamente a los ojos por otro minuto, volvia a sonreir y solo decia: tus ojos dicen que me amas, eso me recuerda porque vale la pena aguantar los malos ratos. Mi pequeña dulcinea es el amor de mi vida. Su cabeza encontro su lugar en mi hombro izquierdo, por un momento olvide el porque estaba ahí, pero fue cuando ella se movío que aprete mas fuerte aquel pequeño circulo que mi mano derecha sostenia dentro de mi saco. Creo que ella se dio cuenta de mi forzado respirar porque me abrazó y me susurro al oido: Sabes porque estamos callados tanto tiempo? - Porque? le respondí. Por que nuestros corazones estan tan unidos, que las palabras no son nada para demostrarte lo que siento. En ese momento supe que ella era, ella es la mujer que quiero para el resto de mi vida, toda la noche había estado dudando, la amo tanto que estaba pensando en dejarla ir, así que tome el anillo que me había dado con la condición de que se lo regresara cuando mi amor por ella abandonara mi cuerpo, lo saque, al verlo, la sonrisa de su rostro desaparecio, su mano solto la mia y una lagrima rodo por su mejilla; le pregunte que si recordaba la condición, casi a punto de quebrantarse asintió, tome el anillo en mis manos y lo lanzé con todas mis fuerzas al lago frente a nosotros. Sorprendida, me abrazó con todas sus fuerzas, había entendido el punto, ahora, no podia dejar de amarla nunca, asi que me inque en una rodilla, tome su delicada mano, la besé; tome en segundo anillo que tenia en mi saco, lo puse en su dedo y pregunté algo que hace 5 años jamas crei formular: Te quieres casar conmigo? mas lagrimas calleron de su rostro, pero ahora eran de felicidad. Si, si quiero, fue su respuesta. Me sentí el hombre mas afortunado del mundo, la tome entre mis brasos y la besé como nunca lo habia hecho. Ahora, mi amor seguia siendo el mismo, solo que ahora mis gestos no eran correspondidos, aquella fria lapida no sonreia al verme.

No hay comentarios: